domingo, 30 de noviembre de 2014

Los puentes silenciosos

Reconoceré solemne la impunidad que te baña
sortearé los caminos que detrás se cierran
se desvanecen
me desvanecen
Cantaré para los pichones que nacen
los que dan el salto
Dejaré que me arrulle la sombra de la sombra
la interrupción del sueño febril
el almohadón de plumas azules
Me despediré del vaho empañado que cubre el espejo
de todas las cicatrices y los puntos inconexos
me despediré de quien fuiste
de la transparencia de tus ojos
al encontrarme vacía
Sonreiré frente a la muerte de la muerte
le daré la espalda al perjuicio injustificado
te dibujaré con versos
con rosas pulverizadas y rebeliones anteriores
Alguna vez
quizás
me entierre en granos de café
me inunde de acordes esféricos
de gritos coléricos agónicos
Mañana es el día en que me iré
me iré como los colores en la noche
como los susurros alienados en la perfección temporal
Te veré por la ventana
desplegarte en el amanecer
buscándote en otro rostro
encontrando sólo una muñeca de trapo oxidada al sol
Y caminaré lejos
despacio
dejando mis cadenas junto a la puerta de entrada.

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Exprimí aquel putrido cerebro tuyo para que revolotee hasta acá tu vasta opinión