lunes, 4 de junio de 2012

Perdidos

Y yo no soy yo, soy un reflejo de vos.
Distorsionado por la luz de una vela.
Amarillento por el calor de un sol derritiéndose
Viejo por una eternidad revoloteando detrás de tus pupilas...
Me envuelven tus deseos de escape y desapasionadas sonrisas
Me hipnotiza tu perfume, que a la vez es el mío y tiembla al compás de una melodía infinita
Nos obligan a disfrazarnos de demonios para lograr caminar sobre un infierno plagado de personas sin alma y con un corazón resquebrajado por la maldad. No eres nadie si no eres nada, y sos un insulto a los tuyos si alguna vez fuiste. Cuando acostumbres a pasar sin que nadie te observe podrás ser uno más, el demonio logrará adaptarse a ti, como pasó con los demas.
Y si pronto esa necesidad de ser rompiera las barreras de tu ineptitud, harías implosión, dejando a tus venas entrelazarse con las mías, quemando las inútiles y escasas neuronas de cada pequeño y catatónico cuerpo que camina por la calle que una vez te atreviste a caminar.

1 comentario:

Exprimí aquel putrido cerebro tuyo para que revolotee hasta acá tu vasta opinión