una taza de café
Nunca me di vuelta
para ver si me estabas siguiendo
Nunca me di cuenta
de que en vos
yacía todo lo absurdo y sombrío del amor
Dejé de bailar sobre las hojas
que caen en otoño
puesto que se quiebran
no es como en verano
que la hoja sonreía
y brillaba
y se sonrojaba cuando la mirabas desde arriba
cuando la mirabas desnuda
cuando la mirabas
Frío invernal
ansío que arribe sobre la piel de mi cuello
apágose su octavo sentido
sobre la decencia que nos falta para vernos a los ojos
El vapor envuelve
todo lo que yace inerte sobre la pasión
que ya no es pasión sino dos hielos separados por nuestra divergencia
Vos sos mi cordón bordó
aquel que venía
donde yo estaba
para cantar sobre bautismos, funerales
luz de luna que sangra desde tu alma
En cambio
siendo imparcial
siendo desde siempre nada más que un boleto de tren
finalmente me doy vuelta
pero no me seguís
hallaste la salida del laberinto
te aferraste al otoño
por primera vez
Muero
Está bien.
Hace algún tiempo aprendí a escuchar a los demás, aún sin entender, puesto que todos llevamos algo dentro que nos hace especiales.. y aprendí a echar de menos incluso los absurdos más grandes.
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