domingo, 28 de abril de 2013

Otro garzo del montón

No hay medio más mediocre para comunicarse que Facebook, donde todos pueden vivir una vida que no es vida y ocultarse tras una máscara que no es máscara sino que se vuelve su propia cara. Donde todos pueden mentir por más que no sean buenos embusteros, donde las cosas importantes pasan a ser nimiedades puesto que son eclipsadas por un vistoso visto que le carcome las entrañas a los pubertos histéricos.
 ¿Dónde está la vida de esas personas que pasan los días sumergidos en una página de internet a la espera de un mensaje, un beep que les anuncie otro acto de más irrelevante en un mundo idealizado e hipócrita?
 Sí, hipócrita. Hipócrita como yo, que soy una de ellos.

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Exprimí aquel putrido cerebro tuyo para que revolotee hasta acá tu vasta opinión