viernes, 31 de agosto de 2018

3 de febrero

El otro día escribí poesía desesperada en el colectivo
atrás del papel con el número de la psicóloga
no, la vomité
estar acá es como rodearme de una burbuja
como si la oscuridad la rondara pero no pudiera entrar
y nadie mejor que vos y yo sabe
que la oscuridad rompe barreras
paredes
sienes
hasta que te envuelve y asfixia y decís 
BASTA
a vos no te puede atravesar
porque desde la última columna de la terraza
y hasta el primer nivel de la escalera
desde mis ojos
hasta mis convicciones
mi furia
mi mente
mi lucha
junto al teclado lleno de polvo
el piquete que nunca terminó
los dientes rotos
la sonrisa intacta
esa zamba que siempre me mareó
la promesa de nunca dejar de intentar
creo que no queda más que despedirme
de tus promesas y tus trenzas
del peso en tu corazón
cuando ninguno de los dos tenía fuerzas para levantarse de la cama
voy a enterrarme en efemérides
bañarme en sangre y sugus de colores
bautizarme entre gemidos y maullidos y suicidios colectivos
voy a ahorcarme con cintas de vhs
con colitas de pelo y nubes de canas
voy a perderme en laberintos de vergüenza
de impotencia
en puzzles del Maniac Mansion y tu INMENSA
capacidad de autodestrucción
que heredaste de ella
y yo de vos

Todo esto es tuyo
en todo estás impregnado

Pero no hay momento en que te extrañe más
que cuando fumo tus Chesterfield
mirando la tormenta que a vos te consumió
y a mí me dejó acá

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Exprimí aquel putrido cerebro tuyo para que revolotee hasta acá tu vasta opinión